viernes, 1 de junio de 2012

mas vida en Atapuerca


Hace 400. 000 años un grupo de homínidos se despierta antes de que la luz del día cubra el valle del Arlanzón. La mañana es fresca en la ladera sur de la Sierra de Atapuerca. Un arroyo cercano les proporciona agua para beber. Deben darse prisa. Es una hora apta para cazar algún herbívoro todavía adormilado: cápridos, cérvidos, équidos y bóvidos constituyen su principal dieta cárnica. El grupo se fragmenta: varios irán en busca de carne, otros irán a los árboles frutales y al campo con tubérculos.

Los utensilios de piedra con los que cazar-recolectar están casi preparados, sólo hay que adecuarlos con unos golpes a las tareas concretas a realizar. La caza se realiza entre varios miembros del grupo, y se dirige sobre todo a individuos jóvenes. Posiblemente no tengan éxito, y tendrán que conformarse con algún conejo, erizos o puercoespines, o pasar el día a base de frutos. Todo el grupo sabe qué hacer en cada momento, por lo tanto la dispersión de cada uno de los homínidos es siempre relativa. La aglutinación para compartir el alimento, fabricar herramientas, educar a los jóvenes y defenderse son la base de su organización. No hay acumulación de excedentes: se come lo que se tiene y se abandona lo que pesa o se pudre. No hay división sexual, sólo las limitaciones físicas por edad, capacidad o enfermedad marcan los distintos papeles dentro del grupo.

Instantes gloriosos


En las localizaciones solemos encontrar simplemente algunos restos de instrumentos en piedra o algunas cerámicas. No son sitios excepcionales per se, pero cuando se ponen en relación con otras localizaciones o con los yacimientos descubiertos cobran todo su valor. Son esos instantes poco gloriosos de nuestra existencia, pero absolutamente imprescindibles: el ir a por agua, buscar la caza, preparar un utensilio, arrojar basura, preparar la comida... es la cotidianidad de los homínodos en estado puro.

Los yacimientos son los lugares donde buscan la materia prima y la trabajan, los sitios y espacios donde cazan, donde se reunen para comer o refugiarse de las lluvias o el sol, los terrenos donde trabajan la tierra o estabulan el ganado, los lugares donde entierran a sus muertos. Hay yacimientos de pequeño y de gran tamaño, indicándonos la complejidad de las actividades realizadas y el tamaño del grupo que ocupó dicho espacio.




miércoles, 30 de mayo de 2012

Nuevas cavidades en Atapuerca podrían contener "fósiles de la misma cronología que su entorno"


Los trabajos preliminares que está desarrollando la Consejería de Cultura para la construcción de un almacén auxiliar destinado a las excavaciones de Atapuerca han dejado a la luz un pequeño conjunto de entradas de cavidades y algunas grietas que podrían constituir una nueva fuente de conocimiento para los investigadores que trabajan en estos yacimientos burgaleses.
Los únicos datos que se conocen hasta el momento es que se ha identificado una boca de cueva tipo sima, de desarrollo vertical y forma circular con unas dimensiones aproximadas de 70 por 90 centímetros.
"Aunque es difícil determinar la profundidad y medidas exactas de la cavidad, las dimensiones de las entradas hacen intuir que su tamaño es considerable", apunta Ana Isabel Ortega. A esta cueva tipo sima, se suman otras dos bocas rellenas por sedimentos de margas resedimentadas (la oriental) y de facies rojizas con cantos soportados con matriz arcillo-arenosa (la meridional) que han aparecido en los frentes Este y Sur del área intervenida.
La Consejería de Cultura, de acuerdo con el equipo de directores de las excavaciones de Atapuerca, y a la vista de la localización de estas nuevas cavidades, ha interrumpido el desarrollo de las obras iniciadas a la espera de noticias sobre el descubrimiento. Dadas las especiales características que reúne el Espacio Cultural de la Sierra de Atapuerca y la riqueza patrimonial de sus vestigios arqueológicos, la Junta de Castilla y León está estudiando la posible modificación del proyecto de la nueva infraestructura que se venía ejecutando, o bien la localización de la misma en otras zonas del complejo arqueológico.

Localizan en Atapuerca "indicios" de homínidos anteriores al Antecessor


El equipo de investigadores de Atapuerca ha localizado en los niveles inferiores de la "Sima del elefante" algunos "indicios" de la presencia de homínidos anteriores a los restos del Homo Antecessor hallados en ese mismo yacimiento y que son los restos más antiguos de la evolución humana en Europa.
Uno de los codirectores de los yacimientos, Eudald Carbonell, ha precisado que se trata de restos de mamíferos y herramientas que indican la presencia de homínidos, por lo que confía que se termine confirmando a la "Sima del elefante" como "la cueva kárstica más importante de Eurasia".
El científico ha insistido en el deseo del equipo de que se pueda construir un puente en la parte inferior de este yacimiento que facilite el trabajo en el lugar donde han aparecido estos restos, que está bajo el nivel del suelo.
Carbonell ha realizado estas declaraciones a los periodistas tras la firma de un convenio anual con una empresa de calzado, que ha donado 250 pares de botas especialmente diseñadas para los participantes en las excavaciones.
El próximo año, uno de los trabajos que se afrontarán en Atapuerca es la "refundación" de las excavaciones en "La galería" que se prolongarán durante unos 8 años.
Carbonell ha precisado que se retirarán los sedimentos inertes del yacimiento y se realizará una excavación amplia, al tiempo que se "marcará" claramente la cueva y cuáles eran sus niveles para mejorar la comprensión del yacimiento por los visitantes.
En la misma línea de "mejorar la comprensión de todo el complejo kárstico de Atapuerca" durante este verano se está realizando un trabajo de topografía y escaneado que dirige Ana Ortega y que será la base de su tesis doctoral.
Se trata de elaborar un modelo en tres dimensiones de la forma que pudieron tener las cuevas antes de que fueran cortadas para construir la trinchera del ferrocarril que facilitó los descubrimientos posteriores de restos.

El rompecabezas de Atapuerca


Cada una de las piezas que los paleontólogos recogen cuidadosamente en las excavaciones puede contar una nueva historia. El equipo de Carretero ha realizado un estudio sobre el oído de Miguelón y ha descubierto que oía en las mismas frecuencias que nosotros y que su hueso hioides es idéntico al nuestro. "Si tenemos en cuenta la anatomía más las evidencias, y encima pensamos que arrojaban a sus muertos a un sitio especial", apunta Carretero, "nos sale un humano mucho más humano de lo que podíamos haber pensado hace unos años".
Todas las pruebas que se recopilan aquí están sirviendo para reconstruir el complicado rompecabezas de la evolución humana. Los restos aparecidos pertenecen a tres especies:Homo sp (el poseedor de la mandíbula de 1,2 millones de años aún sin clasificar), Homo heidelbergensis y Homo anteccesor. Ellos fueron los primeros habitantes de Europa y algunas evidencias apuntan a que pudieron venir de Asia y no de África como nosotros. También se cree que fueron los antepasados directos de los neandertales, o una especie hermana, aunque algunas características de estos humanos primitivos son "más neandertales que los propios neandertales", asegura Martinón.
¿Qué hacían aquí estos primeros hombres y cómo sobrevivían? En los depósitos de las cuevas han aparecido muestras de cómo despiezaban la caza, de los bisontes que se comían, las herramientas que usaban. "Atapuerca no deja de dar sorpresas", asegura María Martinón, "incluso a nosotros mismos". Ella estuvo presente el día en que se halló el diente de 1,2 millones de años, y supo que estaban ante un resto humano muy valioso. "Fuimos los que dimos a este muerto la bienvenida al mundo de los vivos", asevera. "Yo llevo aquí desde el año 86", relata Carretero, "y he vivido muchos momentos importantes. En la campaña del año 92 sacamos dos trozos de cráneo y el último día, cuando ya nos teníamos que ir, no nos resistimos a excavar una hora más. Ese día sacamos la cara de Miguelón".
Las excavaciones de Atapuerca son una especie de libro de memorias de los primeros hombres. A medida que los científicos bajan en los estratos van encontrando páginas más antiguas del libro, y lo mejor es que apenas hemos visto unas cuantas. "El macizo de Atapuerca contiene un auténtico amasijo entrelazado de cavidades", asegura el geólogo Josep María Parés. "La trinchera ha permitido ver solo una pequeña parte de estas cavidades, estamos rascando la superficie". "Llevamos más de 30 años excavando y apenas hemos encontrado un 5%", insiste Raúl López desde el interior de una de las excavaciones, "aquí hay futuro para generaciones y generaciones".

El misterio de la sima


Camino a la Cueva Mayor se contempla un paisaje no demasiado diferente del que vieron estos primeros europeos. Éste es el lugar donde se localizaron los primeros fósiles y está conectado al resto del entramado de cuevas. Ascendemos campo a través, entre encinas como las que un día fueron frecuentadas por leones y elefantes. "Desde aquí tenían una vista estratégica", señala José Miguel Carretero, paleontólogo y profesor de Prehistoria en la Universidad de Burgos, "como el valle es tan estrecho, podían ver dónde estaban las manadas y bajar a cazarlas".
Carretero tiene las llaves de la cueva y nos conduce a su interior después de abrir el gran portalón. En verano éste es un lugar plagado de voluntarios, pero ahora reinan la oscuridad y el silencio. La soledad de enero le da un aire inquietante, como si fuéramos los primeros en bajar. "Por ahí abajo", nos dice Carretero señalando un agujero negro y profundo en la roca, "se accede a la Sima de los huesos". En las profundidades de la sima los palentólogos han encontrado los restos de 28 individuos de Homo heidelbergensis junto a centenares de huesos de osos de las cavernas. "Es un gran misterio", asegura Carretero. "Creemos que esa acumulación tiene que haber sido producida por los propios seres humanos, que depositaban a sus muertos en lugares especiales".
Entre los restos encontrados está el conocido "cráneo número 5", una pieza a la que los investigadores bautizaron como "Miguelón". Carretero ha traído una reproducción de la pieza y nos muestra su estructura asombrosamente conservada, mucho mejor que la mayoría de restos de otras especies posteriores como el Neandertal. "Se le rompió un diente y esto le causó una infección", explica Carretero. "Fue tan grande que le deformó el hueso".
"Los dientes son las piezas más valiosas y que más información tienen", nos explica María Martinón, responsable del grupo de Antropología Dental del CENIEH, "son como paisajes en miniatura". Aquí se han estudiado más de 6.000 dientes de homínidos, 700 de ellos de los yacimientos de Atapuerca. El estudio de la dentadura de Miguelón les ha llevado a reconstruir su caso 500.000 años después de su muerte. "Miguelón sufrió un flemón",explica, "tenía una gran infección en una zona peligrosa de la cara, que podía ser incluso una causa de muerte general".
http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/ciencias-general/atapuerca-un-retrato-de-familia-de-un-millon-de-anos_6rqadwd6rbR70To71BVFy3/