miércoles, 30 de mayo de 2012

El rompecabezas de Atapuerca


Cada una de las piezas que los paleontólogos recogen cuidadosamente en las excavaciones puede contar una nueva historia. El equipo de Carretero ha realizado un estudio sobre el oído de Miguelón y ha descubierto que oía en las mismas frecuencias que nosotros y que su hueso hioides es idéntico al nuestro. "Si tenemos en cuenta la anatomía más las evidencias, y encima pensamos que arrojaban a sus muertos a un sitio especial", apunta Carretero, "nos sale un humano mucho más humano de lo que podíamos haber pensado hace unos años".
Todas las pruebas que se recopilan aquí están sirviendo para reconstruir el complicado rompecabezas de la evolución humana. Los restos aparecidos pertenecen a tres especies:Homo sp (el poseedor de la mandíbula de 1,2 millones de años aún sin clasificar), Homo heidelbergensis y Homo anteccesor. Ellos fueron los primeros habitantes de Europa y algunas evidencias apuntan a que pudieron venir de Asia y no de África como nosotros. También se cree que fueron los antepasados directos de los neandertales, o una especie hermana, aunque algunas características de estos humanos primitivos son "más neandertales que los propios neandertales", asegura Martinón.
¿Qué hacían aquí estos primeros hombres y cómo sobrevivían? En los depósitos de las cuevas han aparecido muestras de cómo despiezaban la caza, de los bisontes que se comían, las herramientas que usaban. "Atapuerca no deja de dar sorpresas", asegura María Martinón, "incluso a nosotros mismos". Ella estuvo presente el día en que se halló el diente de 1,2 millones de años, y supo que estaban ante un resto humano muy valioso. "Fuimos los que dimos a este muerto la bienvenida al mundo de los vivos", asevera. "Yo llevo aquí desde el año 86", relata Carretero, "y he vivido muchos momentos importantes. En la campaña del año 92 sacamos dos trozos de cráneo y el último día, cuando ya nos teníamos que ir, no nos resistimos a excavar una hora más. Ese día sacamos la cara de Miguelón".
Las excavaciones de Atapuerca son una especie de libro de memorias de los primeros hombres. A medida que los científicos bajan en los estratos van encontrando páginas más antiguas del libro, y lo mejor es que apenas hemos visto unas cuantas. "El macizo de Atapuerca contiene un auténtico amasijo entrelazado de cavidades", asegura el geólogo Josep María Parés. "La trinchera ha permitido ver solo una pequeña parte de estas cavidades, estamos rascando la superficie". "Llevamos más de 30 años excavando y apenas hemos encontrado un 5%", insiste Raúl López desde el interior de una de las excavaciones, "aquí hay futuro para generaciones y generaciones".

3 comentarios:

  1. La verdad es que es un trabajo muy duro el de los arqueólogos.

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  2. desde luego un trabajo duro pero gracias a ellos podemos descubrir muchas mas cosas de las que creemos.

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