jueves, 17 de mayo de 2012

Variedad de piezas y de formas de caza



Los materiales estudiados en dicha tesis, un total de 45.000 restos faunísticos, proceden del subnivel TD10-1 de Gran Dolina en Atapuerca, con una antigüedad aproximada de 300.000 años,  y de los niveles XVII, XI y IV de la Cova del Bolomor, con una cronología que abarca desde los 350.000 años a los 120.000 antes del presente. La muestra incluye tanto restos de pequeños animales (aves, tortugas, conejos) como grandes, medios y pequeños ungulados (elefantes, rinocerontes, caballos, ciervos, etc.); al igual que carnívoros (leones, zorros o linces).
“Los datos obtenidos han permitido observar una diversidad comportamental relevante entre los grupos humanos tanto de TD10-1 como de la Cova del Bolomor. Tales variaciones quedan reflejadas no sólo en el espectro de presas que los homínidos son capaces de explotar, sino también en la variedad de estrategias de obtención que son capaces de desempeñar”, observa Ruth Blasco. “Estas estrategias van desde el carroñeo hasta la caza compleja, pasando por la obtención individual de ungulados y la posible captación en masa en el caso de los lagomorfos de algunos niveles de Bolomor”, añade.
“Tanto  las ocupaciones cortas como las relativamente prolongadas en el tiempo, parecen contener una diversidad mayor de especies como resultado de los múltiples eventos que reflejan la espontaneidad de los altos en el camino o, por el contrario, como resultado de la amplitud de recursos que conlleva la permanencia de un grupo en un mismo enclave”, apunta Ruth Blasco.

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