viernes, 4 de mayo de 2012

geología de Atapuerca

La verdadera historia de aquellos yacimientos empieza mucho tiempo antes, durante el Cretácico Superior, hace más de 65 millones de años. Entonces se depositó la roca que compone la Sierra de Atapuerca, en el fondo de lo que entonces era un mar somero que cubría buena parte del territorio. La caliza se formó a lo largo de millones de años, en la época en que los dinosaurios dominaban la biosfera. Después, cuando el mar se retiró, la caliza fue empujada por las mismas fuerzas tectónicas que dieron origen a los Pirineos. La roca fue deformada hasta crear un pliegue que corre a lo largo de la cresta de la Sierra. Durante el período Terciario (65 a 1,7 millones de años), la erosión fue rellenando lo que hoy es el valle del Duero, que se había convertido en una cuenca sin salida al mar. Las montañas al Norte y al Sur fueron limadas poco a poco por las aguas, y los sedimentos así formados cubrieron el fondo del valle hasta rellenarlo.

La altura del valle llegó casi a alcanzar la cumbre de la Sierra. Al principio del Plioceno (entre 4 y 5 millones de años dentro del mismo periodo Terciario), lagos transitorios de agua dulce cubrieron toda la región dejando como recuerdo indeleble una capa de calizas, llamadas Calizas del Páramo, que hoy recubren las mesas frente a la Sierra de Atapuerca al otro lado del río Arlanzón, en el lado sur del valle.

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